Si somos nosotros quienes invitamos, no por ello debemos imponernos menos deberes en la hospitalidad.
Antes de la llegada de la persona invitada a pasar unos días en nuestra casa, debemos preparar la habitación que deba ocupar, si es mujer, con todas las comodidades posibles, tanto en los objetos indispensables, como en los accesorios: espejo, revistas, libros etc.
Si es posible elegir la habitación más tranquila; es decir, la más apartada de los ruidos de la casa.
Unas flores en su habitación hacen tan buen efecto, como útil es que se encuentre un costurero con agujas,tijeras,carretes de hilo etc.
Preparar de antemano un programa de entretenimiento.
La persona que se aloje en nuestra casa no debe de pagar absolutamente nada durante el tiempo que esté alojada.
Ocuparse de distraerla, teniendo en cuenta sus gustos.
Demostrar cuánto nos alegra su estancia con nosotros, y cuanto nos entristece su partida, que intentaremos prolongar.
Darle la sensación de que se halla tan libre como en su propia casa.
Obsequiarle, en el momento de su marcha, algun recuerdo sin valor material.
Al escribirle, no dejar de mencionar cuán agradable fué su estancia en nuestra casa, lamentando no haber sido más prolongada.
1 comentario:
Los buenos modales son fundamentales para la vida. En mi opinión, las formas son un reflejo del fondo. Saludos cordiales.
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