viernes, 26 de noviembre de 2010

Lo importante que es jugar con nuestros hijos




La búsqueda de un hueco en nuestra apretada agenda para jugar con los hijos es casi tan importante para el desarrollo de los niños como una buena alimentación. Sin embargo, no es tarea fácil. A muchos los padres y madres les puede resultar tedioso y, además, requiere un esfuerzo en el día a día marcado por el estrés y el poco tiempo libre.


El juego es especialmente importante hasta los tres años de edad, dado que en ese periodo de tiempo los niños juegan menos entre sí y prefieren a sus padres. En esta línea, diversos estudios demuestran que las familias que han hecho del juego una base de unión en la infancia han tenido menos problemas en la turbulenta etapa de la adolescencia. Así pues, los expertos recomiendan a los padres dedicar al menos media hora diaria a jugar con sus hijos. Pero se pueden tener muy buenas intenciones y no saber cómo hacer ese encuentro atractivo y beneficioso.
El juego permite a los niños expresar su creatividad y desarrollar su imaginación, su destreza manual y sus aptitudes físicas, cognitivas y emocionales, por lo que es importante para el desarrollo saludable del cerebro. Entre las virtudes del juego destaca también que cuando se juntan varios niños aprenden a trabajar en grupo, a compartir, negociar, resolver conflictos y a defender sus puntos de vista. Y cuando tienen ocasión de jugar con sus padres, los niños perciben que los adultos les prestan toda su atención y contribuye a construir relaciones duraderas.
Cuando los pequeños juegan agudizan sus sentidos -el tacto, la vista y el oído son básicos para ellos-, agilizan el movimiento de pies y manos, y fortalecen su capacidad mental. Pero esta actividad no sólo debe ser un mero entretenimiento, sino que ha de cumplir dos objetivos: convertirse en uno de los principales hilos conductores del amor entre padres e hijos y, al mismo tiempo, tener una vocación educativa. Para que esto sea posible, el padre y la madre deben aprender a jugar correctamente con los niños





Fuente: Wordpress

jueves, 25 de noviembre de 2010

El arte de ser abuelos. Entrevista a Franco Voli




Franco Voli, autor de 'El arte de ser abuelos' y presidente honorario de la Institución de Asuntos Culturales de España, reconoce en esta entrevista a GuiaInfantil.com, que para que los abuelos-canguro se sientan motivados en el cuidado de sus nietos deben haber tomado ellos la decisión, es decir, han de sentirlo como una elección y no como una obligación.


- ¿Qué opina del fenómeno de los abuelos-canguro?
Atender a los niños es una tarea a tiempo completo cuando los padres no están y esto interfiere con las necesidades de los abuelos cuando son libres de vivir su vida de la mejor forma posible. La ayuda por parte de los abuelos ha de ser totalmente voluntaria, y los padres de los niños deben ser conscientes de las ventajas de esta colaboración, teniendo en cuenta la edad de los abuelos, su estado de salud y su vida social. Para que los abuelos se motiven a actuar como canguros necesitan sentir que es más una elección que una obligación.
¿Cómo pueden los abuelos participar en la educación de sus nietos sin entrar en conflicto con sus hijos?
La educación de los hijos es tarea de los padres. Los abuelos, por su parte, educan a sus nietos con su ejemplo creando un modelo de persona adulta que los niños aprecian y admiran.


- ¿Cómo pueden los abuelos-canguro compaginar las obligaciones del cuidado de sus nietos con sus aficiones o hobbies?
Creando un clima de diálogo abierto y dirigido a buscar el tiempo que necesitan para sus propias aficciones y hobbies. De parte de todos, la conversación tiene que estar basada en el amor, el aprecio, el respeto y el cariño mutuos. Además es importante que exista el deseo de cada uno de que las cosas se organicen de la mejor forma para que nadie se sienta mal.


- ¿Cuál es el secreto para pasar tiempo con los nietos sin tener una responsabilidad directa en su educación?
Educar desde el ejemplo y compartir su propia forma de ser con los nietos. Evidentemente, para poder ser el mejor modelo posible, los abuelos necesitan hacer una revisión emocional para sentirse bien y ser capaces de relacionarse ellos. Los abuelos, desde su situación personal de no tener una responsabilidad directa en la educación de sus nietos y de disponer de tiempo, tienen la posibilidad de informarse, leer, reflexionar, compartir técnicas de educación que la investigación ha descubierto en los últimos años. Sólo si sus hijos se lo piden, pueden compartir con ellos técnicas educativas y formas más eficaces de facilitar las relaciones de convivencia en la familia.
¿Cómo se puede crear una buena convivencia cuando confluyen tres generaciones?
La convivencia es una actitud de servicio, de ayuda, de aceptación, de satisfacción y de conocimiento de sí mismo y comprensión de los demás. No se puede convivir desde una actitud de supervivencia como hacen muchas personas. Aguantar no sirve, la fórmula es motivarse a sentirse bien y ayudar a los demás a actuar y conseguirlo de su parte. Los padres de los niños necesitan ser conscientes de que se necesita un abuelo feliz para tener un abuelo fantástico. Un abuelo infeliz o insatisfecho terminará siendo un abuelo negativo, impaciente y hasta una carga para la formación de sus nietos, y esto no es lo que queremos para nuestra familia.


- ¿Qué significa ser un buen abuelo?
Gozar de la gran oportunidad de establecer con los nietos una relación privilegiada basada en el afecto, la confianza mutua y la comunicación abierta dirigida a crear unas relaciones que nos hagan sentir bien a ellos y a nosotros. Los abuelos tienen la posibilidad y las ocasiones de alabar a sus nietos, buscando lo que hacen bien para validarles, en lugar de criticar lo que hacen mal. Comparten la importancia de enfocar la atención en buscar soluciones en lugar de fijarse en lo negativo de los problemas. Ser abuelo es una experiencia única, que nos permite revivir la paternidad de una forma más relajada, sin tantas exigencias y con una mayor libertad.


- ¿Cuál es la mejor forma de afrontar el último ciclo de la vida?
Es importante que los mayores tengan objetivos concretos, hobbies y actividades que incluyan dedicar parte de su tiempo a ayudar a los demás dentro de contextos sociales y no solo familiares. Necesitan tener objetivos que les motiven y los nietos, así como los hijos, pueden ser parte de ello. Pero para sentirse útiles, su labor no debe centrarse solo en la familia. A nivel social, pueden formar parte de proyectos o de grupos de ayuda.

Fuente: Guia infantil.com

martes, 16 de noviembre de 2010

Once reglas que tu hijo no aprenderá en el colegio según Bill Gates




El famoso multimillonario, empresario, filántropo y co-creador de la potente Microsoft, William Henry Gates III (más conocido como Bill Gates), además de todo lo dicho es un conferenciante muy buscado y apreciado en Estados Unidos. No hace mucho, acudió en calidad de esto mismo a su antiguo colegio y tuvo, como siempre, mucho éxito.


Entre todas las cosas que les señaló a los chavales, Gates subrayó una serie de reglas, once en concreto, para salir airoso en la vida. Unas normas que dijo hay que tener en cuenta y que nunca te las enseñarán en el cole. De ahí, que su decálogo más uno haya corrido de un lado a otro. En El Blog Infantil no íbamos a ser menos, y te contamos esas once reglas (resumidas) a tener presentes en la vida:




•1.- La vida no es justa. Acostúmbrate a ello.
•2.- Al mundo no le importa tu autoestima. El mundo esperará que logres algo.
•3.- No ganarás 5.000 dólares (3.600 euros) nada más salir del instituto y no serás vicepresidente hasta que hayas estudiado y trabajado mucho.
•4.- Si piensas que tu profesor es duro, espera a tener un jefe.
•5.- Hacer hamburguesas no te quita dignidad, te da una oportunidad.
•6.- Si metes la pata no es culpa de tus padres. Aprende de tus errores.
•7.- Tus padres no eran tan aburridos antes de que nacieras. Empezaron a serlo al pagar tus cuentas, lavar tu ropa…
•8.- En la escuela puede que ya no haya diferencia entre ganadores y perdedores, en la vida real sí.
•9.- La vida no se divide en semestres.
•10.- Lo que emite la tele no es la vida real.
•Y 11.- Se amable con los ‘nerds’, existen muchas probabilidades de que termines trabajando para uno de ellos.



Via: Blog infantil.com

viernes, 12 de noviembre de 2010

Cosas que hacen daño y que no debemos decir o hacer a un niño



1. Darle palmadas, cachetadas o cualquier golpe, por más leve que este sea: No hay motivo para agredir físicamente a un niño. Algunos padres utilizan las palmadas para corregir a sus hijos, creyendo, muchas veces que eso no hace daño; sin embargo, basta con ponerse en el lugar del niño ¿Cómo se sentiría ud. si comete un error y su esposo o esposa lo/la trata de corregir dándole un palmaso? ¿Acaso no se sentiría ridículo o humillado? Ahora, imagínese a su hijo ¿Cómo cree que se siente cada vez que es "corregido" a través de las palmadas?


2. Avergonzarlo o humillarlo con frases como: "Uy mira, estás llorando y todos te están mirando. La gente va a decir que eres un llorón". "Aj, te hiciste pila en el pantalón".


3. Gritarle: A nadie le gusta que le levanten la voz. Acuérdese cómo se sintió cuando alguien le levantó la voz; Pregúntese si su conducta mejoró, si hizo lo que la persona que le gritó quería, o si se rebeló e hizo todo lo contrario. De la misma forma se siente y reacciona su hijo ante un grito suyo.


4. Culparlo por tus frustraciones: "¡Mira lo que estás haciendo!" "Por tu culpa, ya me molesté", "Por tu culpa, vamos a llegar tarde".


5. Amenazarlo con frases que no vas a cumplir: "Si te demoras en cambiarte, entonces no irás al cumpleaños" (Aunque sabes que de todas maneras irá al cumpleaños"


6. Hablar del niño delante de él: Si tenemos que hablar de el niño, procura que no haya ningún otro niño y mucho menos, él mismo. Solemos pensar que los niños no se dan cuenta de lo que los adultos están hablando, pero en realidad, los niños captan todo lo que sucede a su alrededor. En todo caso, deberás utilizar otro nombre.


7. Etiquetarlo: Cuando le decimos frases como "Eres un mal niño", "Que malcriado eres", etc. el niño empieza a interiorizar esas frases como ciertas y crece con una autoimagen negativa, creyendo que realmente es un mal  niño o un malcriado.




Fuente: Creciendo contigo

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