Se considera grosero hablar en sociedad de cosas muy íntimas o de índole desagradable, tales como detalles de enfermedades, etc. etc. Por eso las personas finas nunca hablan públicamente de "callos" "juanetes" "intestinos", "granos " etc. etc.
La gente bien tampoco emplea jamás las siguientes expresiones:
"¿Usted que se cree?"
"¡Salga de ahi!.... expresando incredulidad.
"Qué se ha creído!"
"Qué ricura!"
" Sal, Sal....!
"Qué porquería!".
Hay muchas personas, mujeres sobre todo, que no hablan más que de "cabellos" y de "cenas", de "fatiga" y de nostalgia". Hay que evitar estos refinamientos pueriles.
Cuando se habla en regla general, hay que evitar el empleo demasiado frecuente del "usted" y del "señorita" sobre todo tratándose de una conversación entre dos mujeres, y la acentuación indebida sobre simples formulismos. Las personas que insisten en decir marcadamente "con su permiso","si usted me lo permite", "he tenido el gusto mas grande" o molestan a todo el mundo en la mesa pidiendo disculpas, perdones y permisos cada vez que mueven un salero, dan toda una impresión contraria a la que persiguen.
Otra excelente regla para no pecar en la conversación es evitar las frases "yo", "Yo te dije, si usted se cree"... "Yo no me iba a dejar pisar por una cualquiera".... "A mí no me gusta que me tomen por zonza" "Si usted se cree que yo voy a servir de pantalla a alquien..." etc. etc.
El "yo" es muy útil pero las frases que empiezan con "yo" son a menudo poco interesantes para los que escuchan y además se observa que cuanto más bajo social tantos más "yo" en las conversaciones.
La gente bien tampoco emplea jamás las siguientes expresiones:
"¿Usted que se cree?"
"¡Salga de ahi!.... expresando incredulidad.
"Qué se ha creído!"
"Qué ricura!"
" Sal, Sal....!
"Qué porquería!".
Hay muchas personas, mujeres sobre todo, que no hablan más que de "cabellos" y de "cenas", de "fatiga" y de nostalgia". Hay que evitar estos refinamientos pueriles.
Cuando se habla en regla general, hay que evitar el empleo demasiado frecuente del "usted" y del "señorita" sobre todo tratándose de una conversación entre dos mujeres, y la acentuación indebida sobre simples formulismos. Las personas que insisten en decir marcadamente "con su permiso","si usted me lo permite", "he tenido el gusto mas grande" o molestan a todo el mundo en la mesa pidiendo disculpas, perdones y permisos cada vez que mueven un salero, dan toda una impresión contraria a la que persiguen.
Otra excelente regla para no pecar en la conversación es evitar las frases "yo", "Yo te dije, si usted se cree"... "Yo no me iba a dejar pisar por una cualquiera".... "A mí no me gusta que me tomen por zonza" "Si usted se cree que yo voy a servir de pantalla a alquien..." etc. etc.
El "yo" es muy útil pero las frases que empiezan con "yo" son a menudo poco interesantes para los que escuchan y además se observa que cuanto más bajo social tantos más "yo" en las conversaciones.
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