domingo, 29 de julio de 2007

Qué servimos a nuestros invitados?


A la Hora del Té:


Se sirve según preferencias:

Té, Café o chocolate

Acompañamientos:

Tostadas con mantequilla o mermelada

Queso

Palta

Queque

Galletas

Refresco de frutas o bebidas gaseosas


Si es para un cóctail

Podemos servirles algunos tragos, como Pisco Sour, Gin con Gin, o Whisky con hielo

Acompañamientos¨:

Papas fritas

Quesos

Aceitunas solas o rellenas

Canapés

Pastelitos


Si es para una cena:

Aperitivo: Pisco Sour o martini

Para picar: Pikeitos

Quesos,aceitunas

Menú:

Crema de espárragos al Olivo

Carne a la moztaza

Helados

Vinos

Bebidas gaseosas

Pan


Para una invitación informal:

Salchichas

Aceitunas

Quesos

Psan

Mayonesa

Pure de palta

tomate picado

Mostaza

Aji

Ketchup

Cerveza

Bebidas gaseosas

Refrescos de fruta

jueves, 12 de julio de 2007

Comportamiento con nuestros familiares


La familia es algo consustancial a nuestra existencia. Y si además tenemos pareja, tenemos otra "familia" a mayores. Decimos que es algo inherente a nuestra vida, porque tenemos familia lo queramos o no. Por ejemplo un hermano o padre lo es por ley, aunque no nos llevemos con él. Por eso respecto de la familia, se debe adoptar una postura de mínima educación (aunque algunas veces nos cueste) pero tampoco debemos caer en la hipocresía.

Un trato educado es suficiente para mantener una relación cordial, independientemente de como nos llevemos de forma personal con la familia.

La otra familia.

Si vivimos en pareja o estamos casados, tendremos otra familia. Debemos tratar a ambas familias de la misma manera para evitar conflictos en la pareja. Cuando las cosas se "tuercen" con la familia ajena es fácil que surjan problemas con nuestra pareja. Establezca unos límites claros para evitar la intromisión de la familia en su vida. Puede aceptar consejos pero no imposiciones. Cada uno lleva su casa como quiere y como sabe. Las "opiniones" sobre como llevar la casa, como educar a los niños, y otras por el estilo no suelen ser bien recibidas cuando vienen en forma de crítica más que de consejo.

Lo mismo que indicamos los límites de nuestro "territorio", no podemos hacer lo mismo en casa de nuestras familias. Ellos dirigen su casa y su vida a su manera. Y no debemos entrometernos o criticar sus costumbres. Si queremos que nos respeten nosotros también debemos respetar. Educadamente, los consejos los podemos aceptar de buen grado, aunque después no los pongamos en práctica.

En algunas ocasiones es mejor admitir de buen grado ese consejo o crítica y evitar una discusión. Tampoco debemos ser demasiado intransigentes. A veces debemos ceder en alguna de nuestras pretensiones.

Corresponda.

Ante cualquier invitación familiar (bodas, comidas, aniversarios, etc.), debe corresponder de forma educada, aceptando la invitación o declinando la misma, pero siempre respondiendo (afirmativa o negativamente). De cualquier manera, tenga los mismos detalles, acuda o no, que tendría con cualquier otra persona como mínimo. Si es Usted el que recibe en casa, y por mucha confianza que tenga con los familiares no lo reciba sin vestir (en pijama, bata, etc). Sacrifique su comodidad en pro de su imagen y de su buena educación.



Tomado de: Protocolo




martes, 3 de julio de 2007

Cómo educar a un pendenciero




Es mucho lo que se puede aprender acerca de los efectos que durante toda una vida ejerce una paternidad emocionalmente inepta- especialmente del papel que juega en volver agresivos a los chicos- a partir de estudios como el que se llevó a cabo con 870 niños del interior del estado de New York, que fueron seguidos desde los ocho a los treinta años.


Entre los niños, los más beligerantes-los más rápidos en empezar una pelea y que habitualmente utilizaban la fuerza para conseguir lo que querían- eran los que tenían más probabilidades de abandonar la escuela y, al llegar a los treinta, tenían historiales de crímenes y violencia.. También, al parecer, transmitian su propensión a la violencia: sus hijos eran en la escuela primaria tan conflictivos como habían sido sus padres.


De niños los revoltosos tenían padres que los disciplinaban con implacable severidad


Las niñas agresivas crecieron y fueron tan arbitrarias y castigadoras cuando se convirtieron en madres, como los chicos agresivos lo fueron al convertirse en padres.Castigaban a sus hijos con especial severidad, por lo demás, se mostraban poco interesados en la vida de aquellos, dejándolos de lado la mayor parte del tiempo.Al mismo tiempo, los padres ofrecían a estos chicos un violento ejemplo de agresividad, modelo que los niños llevaban consigo a la escuela y al patio de juegos, y seguían a lo largo de toda su vida.


Los padres no eran necesariamente mezquinos, ni dejaban de desear lo mejor para sus hijos; más bien, parecían estar repitiendo el estilo de paternidad que habia sido modelado para ellos por sus propios padres.


En este modelo de violencia, estos niños eran disciplinados de una manera caprichoza: si sus padres estaban de mal humor, ellos serían severamente castigados, si estaban de buen humor, ellos podian salir bien librados. Así el castigo llegaba no tanto por lo que el chico habia hecho, sino en virtud de cómo se sentian los padres. Esta es una receta para fomentar sentimientos de inutilidad e impotencia.


Vista a la luz de la vida hogareña que la provoca, la postura combativa y desafiante de estos chicos con respecto al mundo en general tiene cierto sentido, por desafortunado que pueda parecer. Lo desalentador es lo pronto que estas lecciones pueden aprenderse, y cuán costosas pueden ser para la vida emocional de un niño.


Daniel Goleman



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