viernes, 26 de octubre de 2012

La manía de la limpieza en la casa




Vivir en un hogar ordenado y limpio es una condición natural y deseable. Una casa sucia y desorganizada molesta no sólo a los que viven juntos sino también a los visitantes.
Sin embargo la  desmesura en la pulcritud, y en el tener absolutamente cada cosa en su sitio siempre, puede ser, asimismo, molesto para todos. Demasiado aseo y la obligación de tenerlo todo arreglado resulta fastidioso para cualquiera y hasta expulsivo. También puede llegar a ser una obsesión por la manía de tenerlo todo impecable y en orden convirtiéndose en un transtorno obsesivo-compulsivo.
Hay personas que en su hogar, especialmente las amas de casa, tienen la manía de la limpieza. Consideran que su deber es tener la casa hecha un anís. Se enfadan mucho cuando el marido o uno de los hijos deja algo fuera de su lugar. No quieren percatarse que con su tiranía del orden convierten el hogar en un espejo insoportable. Hasta  creen que es una virtud su conducta exagerada.
En el fondo, la manía de la limpieza es una neurosis. La señora debe entender que lo suyo no es normal, que es una maniobra de la mente para desviarla de auténticas preocupaciones. Pero quiero decirles también que no sólo las amas de casa tienen esa manía de la limpieza existen también maridos que lo son, no pueden ver una sola mancha en la casa ni tampoco ver algo en desorden.
Cuando la persona comprende cuál es su angustia de fondo, en ese momento su casa se vuelve algo plácido y tranquilo. La persona que tiene esta forma de ansiedad debe buscar que aspecto de su alma es la que necesita orden y limpieza. Sólo entonces dará a su familia la gracia de la paz profunda.

Dr. Pedro García Toledo

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