sábado, 11 de junio de 2011

Consejos para padres de gemelos



Ser padres de gemelos, especialmente en etapas conflictivas del crecimiento como de los 2 a los 4 años, cuando comienza a formarse la identidad, o durante la adolescencia y pubertad, puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza, y una fuente constate de estrés si no sabemos cómo lidiar en los momentos de mayor tensión.

Las rabietas y enfados a partir de los 2 años, son pues, normales, aunque no por ello fáciles de sobrellevar: gritos, berrinches, protestas y lloros que se acumulan día si, día también, mientras el pequeño va ejerciendo su necesidad de hacerse notar y mostrando sus primeros visos de ‘personita’ con autonomía. En el caso de los gemelos, además, el plus de complicación es evidente: además de la competitividad que pueda surgir entre los hermanos (pelearse por juguetes, prendas de ropa o incluso muestras de afecto de los padres), o la dificultad de encontrar su propia identidad cuando viven con un hermanito idéntico a ellos mismos, el efecto ‘dominó’ aumenta exponencialmente, llegando a crear un verdadero caos cuando se desata el ‘terremoto’. Así, si uno se tira al suelo a llorar y patalear, no es raro que el otro le siga, aunque no tenga motivo aparente para estar enfadado.

La flexibilidad de los papás en estos casos es fundamental: saber imponer límites educativos, dejándoles espacio suficiente para que se sientan ellos mismos, no ceder ante su 'chantaje emocional', especialmente si es por caprichos infundados, o reaccionar y prever con adelanto cuándo una determinada situación puede desencadenar una pataleta. Identificar el origen de la rabieta permite cortarla muchas veces de raíz, y algo tan básico como un enfado por falta de sueño, hambre o aburrimiento encuentra fácil solución ya sea instaurando una rutina que se adecue a sus ritmos de vida (que incluya desde las horas de merienda hasta la siesta), o alejándoles del foco que haya originado el conflicto (una pelea por un juguete, una caminata larga o una comida que no les gusta).


Fuente: Hola.com

miércoles, 8 de junio de 2011

Recetas para educar a los hijos


Al igual que los padres perfectos no existen, los hijos “ideales” tampoco. Al hablar de problemas de conducta, podemos decir que todos los niños se “portan mal” en algún momento mostrándose caprichosos, negativistas, desafiantes…hacia los padres u otras figuras de autoridad.

Ante estas situaciones, los padres podemos sentirnos culpables, insatisfechos y desanimados en nuestra labor educativa y llegado un momento no saber qué hacer y podemos caer en la permisividad, la hostilidad, el uso continuo de gritos y amenazas, castigos, premios…. sin conseguir ningún resultado positivo con estos recursos. Por supuesto que podemos recurrir a maravillosos libros y manuales que siempre están en la mesilla de noche basados en la célebre “Modificación de conducta” que abordan este tipo de enfoque con claridad y práctica directa a un final feliz que no logramos conseguir. ¿Por qué no?, ¿Existen por tanto recetas para educar? Y si existen ¿Cuáles son los ingredientes para una familia feliz?

Sin embargo, para Educar bien no existen recetas. Se aprende de experiencias concretas y luego se generaliza, al igual que educar y enseñar a vivir a nuestros hijos no es proporcionarles experiencias buenas y aislarles de las malas. Es ayudarles a aprender de ellas y enseñarles a adaptarse a todas las situaciones, buenas y malas.

Por supuesto que existen técnicas y recursos educativos que nos pueden ayudar a resolver exitosamente problemas de conducta cotidianos e inmediatos hacia ese añorado final feliz y en los siguientes blogs hablaremos de ellas. Pero hoy comenzaremos por los principios básicos, por el principio…. porque toda medida educativa depende del contexto, del niño y de lo que queremos conseguir. “Castigar” a un niño puede ser absolutamente contraproducente en un determinado momento y perfectamente adecuado en otro. Lo difícil es desarrollar ese “sexto sentido” que nos ayude a acertar en el momento oportuno.

Esta cita no es mía, pero me ha acompañado muchos años como madre y profesional porque resume la esencia de cómo educar: “Educar a un niño es como sostener en la mano una pastilla de jabón. Si aprietas mucho sale disparada. Si la sujetas con indecisión, se te escurre entre los dedos. Una presión firme pero suave la mantiene sujeta”

Esta semana toca pararse a pensar en cómo educamos y por qué educamos así. A veces en el día a día, vamos tan deprisa, sin crear tiempos y espacios de reflexión personal y trasladamos nuestros sentimientos (cansancio, culpabilidad..) y nuestros pensamientos (¿Soy una buena madre?) a las acciones educativas que llevamos a cabo con nuestros hijos. Tened claro que siempre hay una conexión entre sentimiento (soy una estupenda madre), pensamiento (puedo hacer las cosas bien) y acción (Educo a mis hijos con disciplina y normas porque es positivo para ellos).

Ahí va esa lista de principios (ya hemos ido diciendo muchos más):

- Nuestras decisiones están influidas por cómo hemos sido educados. Ser conscientes de ello ayuda a educar mejor.

- Tus hijos no nacen con tus carencias ni necesidades. No se las crees.

- Los padres son los educadores. El colegio sólo complementa.

- Educa en el presente, pero con perspectiva de futuro.

- Educando, vamos a COMETER ERRORES, pero no hay error que no se enmiende.

- NADA ES LO MISMO para un hijo que otro. No busques las mismas condiciones para todos. Educar bien es dar a cada hijo lo que necesita; no es algo injusto; es respetar su derecho a su individualidad.

- Tu hijo es una “antena parabólica constante”. Se entera de todo, lo imita todo. Aprende más de lo que ve que de lo que decimos.

- Los niños necesitan una LIBERTAD CONDUCIDA.

- Los niños NECESITAN NORMAS Y LIMITES. La DISCIPLINA no es algo negativo. Es algo que nuestros hijos esperan que apliquemos naturalmente y de acuerdo a nuestra jerarquía de padres.

- Si nosotros no ponemos límites a la conducta de nuestros hijos, lo harán ellos. Crearemos hijos TIRANOS, INSEGUROS O INMADUROS incapaces de enfrentarse a la frustración.

- Debemos explicarles las cosas (casi siempre) y de forma breve pero los niños necesitan OIR: “PORQUE LO DIGO YO”.

- El mayor deseo de todo niño es que mamá y papá estén pendientes de él. La atención que les prestamos es nuestra mejor arma. QUIÉN SABE CóMO Y CUÁNDO PRESTAR ATENCIÓN A SU HIJO SABE EDUCAR.

Como padres, en nuestra actuación, debemos dar a nuestros hijos el siguiente MENSAJE:

 SÉ QUE PUEDES CONSEGUIRLO.

 POR ESO TE ENSEÑO Y TE EXIJO.

Y CÓMO SE QUE TE CUESTA ESFUERZO, TE LO RECONOZCO.

HAGO ESTO PORQUE TE QUIERO

lunes, 6 de junio de 2011

La autoestima en los hijos



Tener un sentido positivo de la autoestima de su hijo le da un sentido de ser capaz de superar los obstáculos en la vida cotidiana. El artículo "El desarrollo de su hijo Autoestima", por KidsHealth.org, señala que los niños que tienen un sano sentido de la autoestima son más capaces de hacer frente a los conflictos y la presión negativa de sus compañeros. Como padres, ustedes pueden hacer mucho para ayudar a construir el sentido de su hijo de la autoestima y confianza en sí mismo.

Ser modelos positivos
Los EE.UU. National Mental de la Salud del Centro de Información sobre el artículo "Auto-construcción de la estima en los niños" y "Kidshealth.org s" en desarrollo de su hijo la autoestima ", ambos señalan la importancia de ser un buen modelo para su hijo. Para que su niño tenga una autoestima saludable, debe tener una autoestima positiva. El NMHIC EE.UU. también sugiere que los padres tengan en cuenta la importancia de un sentido del humor y cultivar la capacidad de reírse de sí mismos. Esto muestra a los niños que está bien reírse de la vida y de sí mismos de vez en cuando. Los niños a menudo reflejan el comportamiento de sus padres, y copia de actitudes y acciones que están expuestos repetidamente a. Tratar de mantener una actitud positiva y ser realista acerca de sus propias capacidades y limitaciones proporcionará a sus hijos con la base de un todavía saludable sentido realista de la autoestima.

Alabanza
Ser generoso con la alabanza es un componente importante para la construcción de sentido de su hijo de la autoestima. La Red Nacional de Atención a la Infancia sugiere que demostrar el aprecio que los niños cooperen u obedecer las reglas, de responder con afecto cuando muestran un comportamiento positivo y alabar o reconocer cada logro, no importa cuán pequeño sea, son todas maneras importantes que los padres pueden ayudar a aumentar su niño en sí estima. Los niños responden positivamente a la alabanza, pero pueden desarrollar una disminución del sentido del auto cuando repetidamente expuestos a la crítica, especialmente cuando ocurre en frente de otras personas.

Corregir creencias inexactas
Los niños desarrollan creencias internas acerca de sí mismos a medida que crecen, y si los padres están atentos a que sus hijos, puede corregir muchos problemas potenciales en una edad temprana. puntos Kidshealth.org que los padres deben tratar de corregir cualquier creencia errónea de que los niños tienen sobre sí mismos. Si su hijo tiene dificultades con un tema en particular en la escuela y dice que él no puede hacerlo, o que es estúpido, tiene que intervenir y tratar de corregir esta falsa creencia, ya que establece que el niño al fracaso y más negativos experiencias en relación con la escuela y el aprendizaje. Proporcionar un sentido de aliento, dejando que el niño sepa que usted cree en él, diciendo algo como "sé que puedes hacerlo!"

Creación de un hogar seguro y amoroso
Los niños que vienen de situaciones hogar abusivo o negativo lo contrario sufrirán una profunda falta de autoestima más adelante en la vida. Los niños necesitan tener una sensación de seguridad en el hogar. Como Kidshealth.org señala, los niños desarrollan síntomas de depresión o ser retirada si se repiten frecuentemente expuestos a conductas negativas, la lucha contra los abusos. Los padres deben tratar rápidamente estos problemas, ya sea a través de la intervención profesional o asesoramiento, por lo que su hijo la autoestima no se resienta.







Video tomado de Creciendo contigo

viernes, 3 de junio de 2011

Princesa Letizia pide ayuda a Supernanny cómo ejercer como madre



La Princesa Letizia tiene 'problemas' con sus hijas. Para solucionarlos, le ha pedido ayuda a toda una experta en el asunto: Rocío Ramos Paul, la conocida 'Supernanny' del exitoso programa de Cuatro. La 'coach' le recomendó que no fuese tan estricta y represiva con las niñas.

Según informa el diario elpulso.es en el artículo Letizia contra las "chuches", la princesa se encontró con Rocío Ramos Paul durante un acto editorial. A Doña Letizia le hizo mucha gracia el encontrarse con la psicóloga infantil, se acercó a saludarla y le recordó que la prensa la había rebautizado como 'La nueva supernanny', después de que mediara en una pelea de dos niñas durante un acto oficial en Medina del Campo en enero de 2011.
En aquella ocasión, las cámaras captaron como Letizia Ortiz se paraba para hablar con dos niñas que estaban discutiendo e intentó, de cuclillas, mediar entre ellas para que cesara la disputa y les exigió que se pidiesen disculpas de manera tajante y repetitiva. La criaturas no la hicieron ni caso.

Tal y como relata elpulso.es, la Princesa quiso hacerle una consulta a 'Supernanny' y le pidió ayuda para frenar el gusto de sus hijas por las 'chuches'. Leticia le confesó que sólo les deja tomar gominolas los fines de semana y en los cumpleaños de algún otro niño y quiso saber si estaba actuando bien.

El diario -que se hace eco del testimonio de alguno de los presentes al acto editorial- informa que Rocío Ramos le aconsejó a Letizia Ortiz que

‹ No fuera tan represiva con las "chuches", que controlara el consumo pero que no debía restringirse únicamente a un día a la semana puesto que con los pequeños hay que saber tener mano blanda y mucha cintura para evitar traumas o ansiedades.


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