No olvidar que los padres son un modelo a
seguir las 24 horas del día. Si un padre no respeta a la madre, los hijos
verán que es así como se trata a las personas.
—Poner límites. No
dejar que hagan lo que quieran, llamarles la atención para indicarles qué es lo
que no han hecho bien.
—Cuando nuestro comportamiento no es correcto, saber perdir perdón y reconocer que nos hemos
equivocado.
—Enseñarles que cuando se equivocan obtendrán un castigo y cuando
lo hacen bien un premio, para que tengan referencias de las consecuencias.
—No
debemos hacer chantajes emocionales, ni permitir los de ellos.
—Fomentar y hablar con los hijos de situaciones
en las que el respeto sea la clave del éxito.
Es fácil encontrar a un grupo de padres comentando que
los niños de ahora no tienen respeto por los demás. Sobran los ejemplos
de casos sobre jóvenes que insultan a profesores, atacan las diferencias
de otras personas, les pegan... ¿Hay alguna fórmula para conseguir inculcar en
los niños el respeto?
Fórmula única no hay, pero en lo que
insisten los expertos en la materia es en que hay que transmitir el respeto
desde la infancia más temprana. «Si aceptamos ofensas, violencia y
humillaciones, estamos dejando de respetar nuestra propia dignidad —asegura el
psicólogo Javier Urra en su último libro "Respuestas prácticas para padres
agobiados"—. Hay que dar ejemplo a nuestros hijos con conductas
respetuosas y con explicaciones claras sobre los beneficios de la
diferencia. Los padres no hemos de ser solemnes, pero sí debemos hacernos
respetar. La salud familiar exige respeto, pero para ello es imprescindible
tener tolerancia y un alto grado de aceptación de lo distinto, una actitud
abierta, de escucha y generosidad».
Asegura que un primer paso es tener respeto
por uno mismo, «y comportarse correctamente tanto cuando uno está
acompañado como cuando está solo. Hay acciones muy cotidianas que son muy
habituales entre los jóvenes: poner la música muy alta, no levantarse en el
metro para ceder el asiento a un anciano, no respetar al profesor, no ir bien
arreglado cuando se va a una visita, llamar de manera inadecuada a un
camarero... Los padres deben dar ejemplo para que los más pequeños
observen que hay ciertas pautas de comportamiento que se deben seguir.
A los padres les cuesta imponerse
Quizá, la razón por la que los hijos sienten
ahora menos respeto por los demás es porque a los padres les resulta más
difícil plantarse ante ellos y decir NO. «Lo vemos claramente en las
consultas, cuando unos padres llegan con su hijo pequeño y mientras nosotros
hablamos, el pequeño está destrozando la consulta sin que sus padres le digan
nada porque así el niño está calladito —asegura Amable Cima, profesor del
departamenteo de Ceu San Pablo—. Deberían llamarle la atención de
inmediato y enseñarle que hay cosas que no se pueden hacer. Y lo mismo
ocurre en un restaurante, un centro comercial, un parque...».
Añade que no lo hacen principalmente por la
vergüenza que supone que el niño tenga una rabieta, «sin embargo,
más vergüenza debería darles que el resto de las personas vean un comportamiento
indeseable y que piensen que su hijo es un maleducado».
Nota: Este artículo lo he tomado de Prensa Escrita del diario ABC)
Imagen: Igtorres50.blogspot.com
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