martes, 7 de agosto de 2007

Otro articulo sobre como enseñar buenos modales


Los buenos modales son mucho más que no poner mala cara al puré de papas y recordar decir siempre "por favor" y "gracias". Es muy importante enseñar a los niños que, lo mismo en casa, en el aula o en el patio de juegos, se deben practicar el respeto y la cortesía con los demás.
Los adultos están siempre prestos a decir que los niños de hoy no son tan corteses como los de otros tiempos.
¿Cómo es posible? Los expertos aseguran que los buenos modales no son algo con lo que se nace. Los niños necesitan que alguien les enseñe normas de cortesía tan comunes como colocarse la servilleta sobre las rodillas o dirigirse a un adulto diciendo "Señor" o "Señora".
"Los niños nunca son demasiado pequeños para enseñarles principios de etiqueta, y la enseñanza no debe realizarse de forma demasiado paciente o consciente", afirma Emily Post en su obra El gran libro de etiqueta, publicado por primera vez en 1922.
La etiqueta y el respeto adecuado hacia los demás deben inculcárseles a los jóvenes para que puedan ser adultos corteses.
A continuación, algunos consejos básicos que deben aprender todos los niños:
Si es tan importante decir "gracias", entonces ¿por qué el arte de escribir notas de agradecimiento está en franca decadencia? Después de los cumpleaños, fiestas de rigor o cualquier otra ocasión en las que su hijo recibe un regalo, es signo de cortesía escribir una nota de agradecimiento. En la actualidad, muchos establecimientos venden invitaciones y tarjetas de agradecimiento en combinación y con temas infantiles. Ahórrese un viaje y compre ambas de una sola vez.
Otro arte que languidece es la confirmación de asistencia o R.S.V.P. Enseñe a su hijo a responder con puntualidad. Destáquele la importancia de responder a las invitaciones, explicándole por qué es importante que el anfitrión sepa la cantidad de personas que asistirán a la fiesta, para así coordinar la cantidad de comida y bebida que debe comprar, así como cuántos asientos y regalos debe separar.
La interrupción en una conversación es la conducta impropia que más pone a prueba los nervios, por lo cual tiene su propia categoría. Insístale a su hijo que, independientemente de la urgencia, debe esperar un minuto o dos, hasta que usted haya colgado el teléfono, terminado de hablar con el empleado de la tienda o tras haber concluido su transacción en el banco.
En vez de darle un manotazo al décimo intento que hace el niño para llamar su atención, respóndale la primera vez y dígale: "Quiero ayudarte y lo haré en cuanto termine de hablar con la tía". Aprender a no interrumpir es una lección acerca de cómo compartir y turnarse.
Antes de dar lecciones de cortesía a sus hijos, recuerde los siguientes puntos importantes.
Uno: los niños aprenden observando lo que hacen los adultos, por lo que sus lecciones de etiqueta deben complementarse con sus acciones cotidianas. Dos: recuerde premiar a sus hijos por hacer lo correcto en vez de reprocharles todo el tiempo por lo mal hecho. Tercero: la cortesía empieza por casa. El hecho de que no haya visitantes no quiere decir que se dejen de practicar los buenos modales.
Finalmente, nunca lleve las enseñanzas de etiqueta demasiado lejos como para afectar la creatividad de su hijo. De vez en cuando, cuando no haya personas extrañas delante, poner mala cara al puré de papas puede ser divertido, siempre y cuando se coma con la boca cerrada (tomado de Opinión digital)

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