miércoles, 26 de febrero de 2014

Educar a los padres para que sepan qué deben comer sus hijos





Consejos para que los niños coman rico pero sano:
■Hay que inculcar la costumbre de que vegetales, frutas, verduras y hortalizas son la base de una alimentación sostenible y equilibrada.

■Conviene iniciar los menús con arroz o pasta integrales en ensalada, mezclados con variedad de ingredientes.
■La fruta mezclada con hortalizas es una perfecta combinación alimentaria.

Los niños no siempre quieren comer lo que deben comer. Lograrlo no es fácil. Pero el problema puede estar en darles gusto, en aceptar que dejen de comer alimentos fundamentales en una dieta de crecimiento y sin embargo consentir productos golosos pero poco convenientes.

Hay que concienciar sobre la importancia de comer bien y enseñar a comer bien
Más allá de los trucos y las habilidades de cada familia, es necesario conseguir una mayor conciencia sobre la importancia de comer bien y enseñar a comer bien.
 Recuerda Consumer que un paso importante por parte de los profesionales sanitarios es dar opciones y alternativas en la forma de comer, en la elección de alimentos, en su preparación, así como en la combinación idónea, con el fin de facilitar la vida al consumidor y favorecerle la elección de alimentos más sanos y seguros.
El Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) ha emitido recomendaciones sobre los factores dietéticos y de hábitos alimentarios que tienen mayor relevancia en el desarrollo de la obesidad en niños y adolescentes y sobre las que más se ha de incidir.
Los alimentos del grupo de los cereales como el arroz, el cuscús, la pasta y el pan, además de las legumbres, proporcionan energía progresiva y duradera dada su abundancia en hidratos de carbono complejos o de absorción lenta. Estos alimentos, y mejor aún, sus versiones integrales, deben promocionarse en la dieta de niños y adolescentes.
Elementos de una dieta sana y rica
Estas son algunas sugerencias para las tres comidas fundamentales del día:
Desayunos, almuerzos y meriendas
Pan integral tostado con aceite y jamón; tazón de arroz con leche y canela (mejor si es integral); pan integral untado con tomate, atún y queso fresco; yogur con muesli y frutos secos; "sopas de pan" o pan integral remojado en leche con frutas desecadas y escamas de chocolate; sándwich vegetal con salmón ahumado y queso fresco; pastel dulce de cuscús con frutas desecadas y frutos secos.
Comidas y cenas
Sustituir el pan blanco por el pan integral o de mezcla de cereales para toda la familia; iniciar los menús con arroz o pasta integrales en ensalada, mezclados con variedad de ingredientes como la ensalada de arroz integral con pera y nueces, o la guarnición de ensalada de pasta integral como acompañamiento de una tortilla, de carnes o de pescados.
Dulce sin azúcar añadido
La fruta fresca bien madura, chafada, troceada o batida, las mermeladas, los zumos y las frutas desecadas son alimentos tan dulces, que pueden servir de sustitutos de los azúcares si se añaden a las recetas.
Vegetales, frutas, verduras y hortalizas

Una visión actual de la Pirámide de la alimentación saludable propone a los vegetales, frutas, verduras y hortalizas, como la base de una alimentación sostenible y equilibrada. Inculcar estas costumbres desde la infancia es garantía de que se perpetúen en el tiempo.
La fruta mezclada con hortalizas es una perfecta combinación alimentaria: en ensalada, surtido con yogur y muesli, en papillote o de relleno de un crepe. Y para darse un capricho, un pastel con frutas o una tarta de frutas.
La importancia del qué y del cuánto
No solo la comida basura tipo fast-food propone como ración cantidades exageradas de alimentos. En demasiadas ocasiones, se ofrece al niño una cantidad de carne, pescado o huevos desproporcionada para su edad y sus necesidades. No es difícil que ya la dieta infantil esté alejada de la dieta mediterránea y que los niños coman demasiada carne y pocas frutas.
Hasta los 6 años, la ración de carne y de pescado no debe superar los 70-90 gramos; entre 80 y 100 gramos para niños de 6 a 12 años; y, a partir de la adolescencia, la ración se equipara a la de las personas adultas; unos 125 gramos de carne y 150 gramos de pescado. Por ello, también se insiste en que hay que evitar el consumo frecuente de comida rápida, de grandes raciones y alimentos densos energéticamente.

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