sábado, 23 de abril de 2011

Qué hacer para que su hijo tenga confianza en sí mismo




El niño desarrolla una imagen de sí mismo desde el primer día. Los niños son conscientes de los sentimientos y el comportamiento de sus padres. No sólo escuchan las palabras que dicen, sino el tono de sus voces. Observan y reconocen el lenguaje corporal. Observan detenidamente expresiones faciales. Los niños imitan las cosas que dicen y hacen los padres. Por ello, la forma en que los padres se comportan y hablan con sus hijos tiene una enorme influencia en su desarrollo. Y lo que es más importante, puede afectar a la confianza del niño en sí mismo. Cuando los padres elogian y ratifican constantemente a sus hijos, se aseguran de que sus hijos crecerán con una autoestima adecuada. Sin embargo, cuando los padres son críticos o inconstantes, o incluso poco cariñosos, sus hijos crecerán siempre subestimándose.


Algunos padres se centran en el mal comportamiento de sus hijos y los critican todo el tiempo. Puede ser necesario un grado de crítica práctica, pero si un niño escucha sólo enfados y críticas, la confianza en sí mismo quedará debilitada.


Además, aprenderá que el único momento en el que llama la atención es cuando se comporta mal y se comportará de esta forma. El elogio y la recompensa por el buen comportamiento es más beneficioso que la crítica constante.


Abrazar a un niño y elogiarlo por su buen comportamiento lo anima a ver que ser bueno, o amable, o agradable trae recompensas. Esto le ayuda también a lograr una buena autoestima.


Recuerden que es importante que un niño les escuche decir que lo quieren. Si su hijo no tiene un buen comportamiento, deberían criticar el mal comportamiento y no al niño. Pueden decir, por ejemplo: "Carolina, eres una niña maravillosa y te quiero mucho, pero hoy te has portado muy mal". Esto es mucho más constructivo que decir: "Carolina, eres una niña muy mala".


De hecho, muchos padres van mucho más lejos y sus palabras pueden dañar seriamente al niño a largo plazo. Cualquier psicoterapeuta puede explicarle cómo algunos de sus clientes han sufrido como resultado de un lenguaje severo en su infancia. Si dicen frases como "fuera de mi vista", o "me das asco", o, peor aún, "ya no te quiero", son tan desagradables y tristes para un niño que, con frecuencia, su propia capacidad de amar en un futuro y de mantener buenas relaciones se puede ver seriamente dañada.


Burlarse de un niño, o compararlo con otros niños o hermanas y hermanos a expensas de éste, es también bastante perjudicial.

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