martes, 22 de marzo de 2011
¿Cuál libro elegir para niños y niñas que están empezando a leer?
Cuando los niños empiezan a ser capaces de leer de forma independiente, hacia los 6 ó 7 años, aún no son capaces de realizar abstracciones complejas, ni de seguir razonamientos largos. Por eso sus primeros libros tienen que seguir llenos de dibujos, y el texto a leer debe ser sencillo, con frases cortas y vocabulario adaptado a su edad.Es a partir de esta etapa, en la que muchas veces se les obliga a leer en las escuelas, cuando el niño corre riesgo de empezar a sentir rechazo por los libros, especialmente si comienza a ver la lectura como una obligación, y se empieza a sentir perseguido. También es el momento en que empiezan a leer a solas, y a menudo esa independencia nos lleva a "desentendernos" un poco del tema de la lectura, especialmente si coincide con la época en que dejamos de contarles cuentos por la noche (y no debiera ser así).
Por eso a esta edad necesitan sentirse acompañados, pero no agobiados, y para ellos es importante que nos interesemos por lo que leen, lo que aprenden de esos libros, lo que les llama la atención, e incluso que de vez en cuando, leamos un poco con ellos, o para ellos, de forma que sigan sintiendo a sus padres muy cerca. El niño está casi preparado para dar el salto a la verdadera lectura, a nutrir su cabeza con libros de forma autónoma.. Pero ellos no lo percibirán inmediatamente, y necesitan seguir alimentando la idea de que un libro es una buena forma de pasar el rato con papá y mamá. Ahora ya no llevaremos la voz cantante, ni le ayudaremos con la lectura en sí; ahora se trata de hablar del libro, de lo que dice, de lo que pensamos sobre él... es la antesala de lo que en muy poco tiempo ocurrirá en su propia cabeza, pero al principio nos necesitará más cerca, para saber qué hacer con lo que le dicen los libros.
Y así, casi sin darnos cuenta, comprobaremos que en poco tiempo lee de forma totalmente autónoma, apasionadamente, y que voluntariamente se olvida de los libros con muchos dibujos, porque encuentra más interesantes las palabras.
Teniendo en cuenta todos estos cambios, los libros más adecuados a esta edad deberían:
•- Tener historias coherentes, con cierto orden y sentido, que pueda seguir fácilmente por medio de palabras. Los cuentos alocados, que pueden parecernos a nosotros mismos muy divertidos, a esta edad es mejor que sean contados, y si no esperar a que el niño se maneje mejor entre las letras. Por supuesto, esto no quita que sean historias muy imaginativas, pero dentro de una estructura principal más coherente.
•- Deben seguir teniendo dibujos, pero a medida que tengan más soltura, deberán ir dejando paso al texto escrito. En este periodo los dibujos pierden importancia como medio, por lo que ya no será tan importante que sean sencillos y fácilmente comprensibles e identifiicables para el niño.
•- También según crece el niño, es menos importante que la edición sea resistente y de tapa dura. A esta edad ya debe haber aprendido a respetar los libros y tratarlos con cuidado
•- Finalidad: en esta época los libros y cuentos siguen siendo el mejor vehículo para enseñar valores y conocimientos. Como no leen con mucha soltura y su tiempo es limitado, deberíamos aprovechar cada una de sus lecturas para transmitirle una enseñanza.
•- Es un buen momento para empezar con poesía (rimas sencillas, nada de verso libre). Ahora empiezan a captar la sonoridad de las palabras y a leer las frases de un tirón, pudiendo darles la entonación adecuada. La búsqueda de las rimas les ayuda a agilizar su capacidad lectora y a anticipar el texto.
•- Aunque será bueno empezar esta época con historias cortas que puedan leer de una vez, en poco tiempo las historias podrán ser más largas, de forma que ´el niño se acostumbre a retomar una lectura donde la ha dejado. Para esto son especialmente indicados los libros formados por pequeños capítulos e historias que forman parte de un todo más amplio.
Fuente: Cuentos para dormir
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Libros para niños
domingo, 20 de marzo de 2011
Tierna carta de un padre a su hijo nos ayuda a reflexionar
Tierna carta de un padre a su hijo
'Escucha, hijo: voy a decirte esto mientras duermes, una manecita metida bajo la mejilla y los rubios rizos pegados a tu frente humedecida. He entrado solo a tu cuarto. Hace unos minutos, mientras leía mi diario en la biblioteca, sentí una ola de remordimiento que me ahogaba. Culpable, vine junto a tu cama. Esto es lo que pensaba, hijo: me enojé contigo. Te regañé cuando te vestías para ir a la escuela, porque apenas te mojaste la cara con una toalla. Te regañé porque no te limpiaste los zapatos. Te grité porque dejaste caer algo al suelo. Durante el desayuno te regañé también. Volcaste las cosas. Tragaste la comida sin cuidado. Pusiste los codos sobre la mesa. Untaste demasiado el pan con mantequilla. Y cuando te ibas a jugar y yo salía a tomar el tren, te volviste y me saludaste con la mano y dijiste: " ¡Adiós, papito!" y yo fruncí el entrecejo y te respondí: "¡Ten erguidos los hombros!" Al caer la tarde todo empezó de nuevo. Al acercarme a casa te vi, de rodillas, jugando en la calle. Tenías agujeros en las medias. Te humillé ante tus amiguitos al hacerte marchar a casa delante de mí. Las medias son caras, y si tuvieras que comprarlas tú, serías más cuidadoso. Pensar, hijo, que un padre diga eso. ¿Recuerdas, más tarde, cuando yo leía en la biblioteca y entraste tímidamente, con una mirada de perseguido?
(...) Y luego te fuiste a dormir, con breves pasitos ruidosos por la escalera. Bien, hijo; poco después fue cuando se me cayó el diario de las manos y entró en mí un terrible temor. ¿Qué estaba haciendo de mí la costumbre? La costumbre de encontrar defectos, de reprender; esta era mi recompensa a ti por ser un niño. No era que yo no te amara; era que esperaba demasiado de ti. Y medía según la vara de mis años maduros. Y hay tanto de bueno y de bello y de recto en tu carácter. Ese corazoncito tuyo es grande como el sol que nace entre las colinas. Así lo demostraste con tu espontáneo impulso de correr a besarme esta noche. Nada más que eso importa esta noche, hijo.
He llegado hasta tu camita en la oscuridad, y me he arrodillado, lleno de vergüenza. Es una pobre explicación; sé que no comprenderías estas cosas si te las dijera cuando estás despierto. Pero mañana seré un verdadero papito. Seré tu compañero, y sufriré cuando sufras, y reiré cuando rías. Me morderé la lengua cuando esté por pronunciar palabras impacientes. No haré más que decirme, como si fuera un ritual: "No es más que un niño, un niño pequeñito". Temo haberte imaginado hombre. Pero al verte ahora, hijo, acurrucado, fatigado en tu camita, veo que eres un bebé todavía. Ayer estabas en los brazos de tu madre, con la cabeza en su hombro. He pedido demasiado, demasiado.''
W. Livingston Larned
Fuente: Cuentos e historias de la abuela
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Carta de un padre a su hijo
viernes, 18 de marzo de 2011
Cómo corregir las malas costumbres de los niños
Muchos padres no saben qué hacer para que sus hijos abandonen alguna mala costumbre como morderse las uñas, chuparse los dedos, enrollarse los pelos en el dedo, hurgarse la nariz, decir palabrotas, etc. Y muchos de ellos tienen razón en preocuparse ya que algunas costumbres que se inician en la infancia, pueden conservarse hasta la edad adulta. Además, por detrás de cada mala costumbre existe algo que pueda justificarla. Es decir que el mal hábito puede ser apenas una forma que el niño tenga de expresar algo que le esté molestando.
Es necesario estar atento y, siempre que sea posible, se debe cortar lo malo por la raíz. Pero sin agobios ni ansiedades, porque en este caso los resultados pueden no ser nada buenos. Con paciencia, determinación y mucho cariño, todo se soluciona para el bien de los niños.
Según el Dr. Pedro Barreda, de padiatraldia, no todas las manías o actos repetitivos son motivo de preocupación. Dependen de la edad del niño, de las circunstancias y de la frecuencia con que aparezca el habito. A veces sencillamente se tratan de gestos que pertenecen a su lenguaje corporal.
¿Cómo un niño adquiere un mal hábito?
Existen algunos motivos por los que un niño empieza a repetir una mala acción. Una de las vías para adquirir un mal hábito es la imitación. Los niños, principalmente los más pequeños, aprenden imitando. En casa, los niños imitan a sus padres y/o hermanos. En la escuela, a sus compañeros. Si el niño, no todos, convive con alguien que guiña los ojos a cada tres por cuatro, es probable que con el tiempo llegue a imitarlo e inconscientemente se inicia un hábito. Lo mismo ocurre si los padres de este niño están diciendo palabrotas todo el día. ¿Cómo querrán ellos que su hijo no aprendan lo mismo? Hay que introducir buenos hábitos en la vida de los niños, y todo empieza en la familia, en la casa.
Otra vía de adquisición de un mal hábito puede tratarse de señales que el niño emite cuando no encuentra ni tiene palabras para expresar lo que siente o lo que le preocupa. Acaban comunicándose a través de alguna mala costumbre. En niños mayores, lo mismo puede pasar si ellos no encuentran diálogo en la familia, o no son entendidos por sus padres. Acaban adquiriendo un mal hábito para llamarles la atención. Es probable que, en estos casos, el niño se desahogue en una mala acción que se convertirá, en muchos casos y con el tiempo, en un mal hábito.
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educación
martes, 15 de marzo de 2011
La importancia de los juguetes en un niño para su desarrollo
El desarrollo del niño se da en etapas, tu hijo no pasará a la etapa siguiente antes de haber agotado la anterior. He aquí la secuencia habitual: Primero le verás realizar intentos, encaminados al éxito, con cierta obstinación, luego le verás repetir una y otra vez la misma maniobra acertada. No aceptará nuevos desafíos hasta haber consolidado lo aprendido. Hay que tener, pues, un poco de paciencia, de mano izquierda, respetar el proceso, sabiendo que no todos los niños progresan a la misma velocidad.
Los juguetes juegan un papel fundamental en el desarrollo del niño a diferentes niveles, colaboran con el desarrollo psicomotor pero también en el desarrollo de la imaginación y la creatividad, lo que no es menos importante ya que este le será de relevancia en su vida a la hora de enfrentarse a diversos problemas y desafíos. Eso sí no cualquier juguete colabora de la misma forma, es bueno analizar el producto de la misma forma que se hace con los artículos de puericultura, que deben cumplir cierta normas mínimas de calidad para garantizar su éxito.
Son varias las tiendas especializadas en la venta de juguetes que promuevan el desarrollo del niño en todos sus aspectos, por ejemplo en Decoiluzión una tienda online donde encontrará una diversidad de juguetes muy adecuados para su niño
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educación
miércoles, 9 de marzo de 2011
Las mejores decisiones se toman con la cabeza y el corazón
Te contrataron por tu currículum e inteligencia, y te despidieron porque no sabías nada de habilidades emocionales. Si antes de la crisis no desarrollar la inteligencia emocional (a la que se atribuye el 75% del éxito laboral) tenía pocas probabilidades de acabar en un buen final, ahora mismo el asunto se recrudece. Solo los buenos líderes sabrán sacar lo mejor de los demás, y esta es una función clara y esencialmente emocional. El problema es que el viejo management sigue estando presente.
"Lo que marca la diferencia es la capacidad de razonar con las emociones", dice la coach y profesora universitaria Verónica Andrés. Y no le falta razón: es dos veces más importante que el coeficiente intelectual, según Harvard, para desempeñar la alta gerencia. Tan fundamental ha resultado tener en cuenta nuestras emociones que las últimas investigaciones han dejado claro que las mejores decisiones se toman con la cabeza y el corazón. Al fin logran estar unidos.
Actitudes tóxicasLa dificultad para aprender de los errores, la falta de habilidad para las relaciones interpersonales; la ausencia de flexibilidad y apertura a nuevas ideas y la huida de la responsabilidad cuando las cosas salen mal. Estos son los errores más habituales del líder tradicional, reconocidos por los expertos como los males mayores de las empresas. Todos ellos están relacionados con la falta de inteligencia emocional, algo que, como demuestran los hechos, se puede aprender.
Y aún hay más, existen tres premisas, las consideradas más erróneas: basta con ser inteligente para convertirse en líder; quienes dirigen han de ser fuertes todo el tiempo para resistir grandes presiones; y, por último, las emociones no importan cuando se manda. Y ahora sí, veamos dónde reside la clave del acierto.
Grandes aciertos
Además de saber situarse en el lugar del otro, abrir la puerta a la empatía y comenzar a instaurar un orden que no sea piramidal, sino circular, hay armas tan valiosas como el reconocimiento; sin embargo, no vale con dar una palmadita acompañada de un "muy bien" general. El asunto ha de ser concreto e inmediato. Lo curioso es que seguimos sin reconocer los méritos: en una encuesta, el 88% dijo que nunca recibió un agradecimiento.
Para completar esta rápida lista de aciertos, hay que nombrar la importancia de dar una atención no dividida. De nada sirve que el jefe nos reciba si mientras le hablamos está frente al ordenador y atendiendo el teléfono. Puede que solo tenga 5 minutos, pero si son plenos, valdrán mucho más que toda una tarde dividida.
Y por último, un breve apunte: las emociones se contagian, y entre el 50% y 70% del clima laboral viene dado por las emociones del líder. ¿Alguien necesita más para cambiar el concepto?
Fuente: 20minutos.es
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Inteligencia Emocional
domingo, 6 de marzo de 2011
Se puede calmar a los niños con música?
¿Puede la música calmar las rabietas o la hiperactividad de nuestros hijos? ¿Puede hacerles cambiar completamente de talante en un instante?
A veces la música es el mejor recurso para sosegar a un niño. Es increíble el efecto que puede llegar a producir en los más pequeños y lo más sorprendente es que es de acción inmediata.
Hay niños que se duermen con música clásica, otros que quizá lo hagan con estilos diferentes de música.
Ninguna opción es descabellada si con ello conseguimos el objetivo.
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educación
viernes, 4 de marzo de 2011
Qué hacer para que tus hijos sean niños felices
Si quieres que tus hijos se críen en un ambiente feliz, lee los consejos y conclusiones a los que se han llegado en la Universidad de San Diego (EEUU) y no dudes en ponerlos en práctica.
Según Robert Epstein, catedrático de Psicología de la Universidad de San Diego (EEUU), éstas son las diez claves para conseguir que nuestros hijos sean felices:
1.Amor. Debemos abrazarlos a menudo, dedicarles tiempo en exclusiva a diario y aceptarlos tal y como son.
2.Optimismo. Es la forma de evitar que tengan estrés y de lograr que vivan ilusionados y esperanzados.
3.Armonía. Es básico que vean que nos llevamos bien con nuestra pareja. Los padres somos su ejemplo de lo que es la convivencia.
4.Autonomía. Al animarlos a funcionar por sí mismos y a ser independientes, les demostramos que confiamos en sus capacidades.
5.Aprendizaje. Seguir de cerca su desarrollo escolar también hace que se sientan apoyados tanto en sus avances como en sus tropiezos.
6.Responsabilidad. Encargarles tareas adecuadas para su edad los lleva a convertirse en personas seguras y satisfechas de sí mismas.
7.Recompensas. Ver que premiamos sus logros les anima a seguir superándose.
8.Vida sana. Ya se sabe: “mens sana in corpore sano”.
9.Espiritualidad. Porque las creencias religiosas, la filosofía y la ética reconfortan y fortalecen a las personas.
10.Protección. Tomar medidas que los protejan (vigilar sus actividades, conocer a sus amigos...) hace que los niños se sientan seguros, atendidos y queridos, un sentimiento imprescindible para poder alcanzar la felicidad.
Según Robert Epstein, catedrático de Psicología de la Universidad de San Diego (EEUU), éstas son las diez claves para conseguir que nuestros hijos sean felices:
1.Amor. Debemos abrazarlos a menudo, dedicarles tiempo en exclusiva a diario y aceptarlos tal y como son.
2.Optimismo. Es la forma de evitar que tengan estrés y de lograr que vivan ilusionados y esperanzados.
3.Armonía. Es básico que vean que nos llevamos bien con nuestra pareja. Los padres somos su ejemplo de lo que es la convivencia.
4.Autonomía. Al animarlos a funcionar por sí mismos y a ser independientes, les demostramos que confiamos en sus capacidades.
5.Aprendizaje. Seguir de cerca su desarrollo escolar también hace que se sientan apoyados tanto en sus avances como en sus tropiezos.
6.Responsabilidad. Encargarles tareas adecuadas para su edad los lleva a convertirse en personas seguras y satisfechas de sí mismas.
7.Recompensas. Ver que premiamos sus logros les anima a seguir superándose.
8.Vida sana. Ya se sabe: “mens sana in corpore sano”.
9.Espiritualidad. Porque las creencias religiosas, la filosofía y la ética reconfortan y fortalecen a las personas.
10.Protección. Tomar medidas que los protejan (vigilar sus actividades, conocer a sus amigos...) hace que los niños se sientan seguros, atendidos y queridos, un sentimiento imprescindible para poder alcanzar la felicidad.
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Hijos felices
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