Fuente: msn.com
Hay mensajes que transmitimos a los niños con nuestra mejor intención, pero que en lugar de animarles a mejorar, les hacen daño. Aquí tienes tres frases que debes intentar no decir, para evitar herir a tu hijo.'Cuando seas mayor lo entenderás', 'eres malo, ya no te quiero', ' yo a tu edad sabía hacerlo solo'... Son frases que decimos a nuestros hijos con la mejor de las intenciones, pero que les hacen sentirse faEs curioso comprobar que, pese a haber sufrido por estos mensajes cuando éramos niños, años más tarde salen de nuestra boca. ¿Dónde quedó el 'yo nunca cometeré los mismos errores que mis padres'
Lo que no debes decir y sus alternativas
Veamos por qué no son positivos y por cuáles debemos sustituirlos:
- 'Lo entenderás cuando seas mayor'. Este mensaje transmite a los niños la idea de que la gente mayor lo sabe todo y ellos, como son pequeños, son unos ignorantes. Y en realidad lo utilizamos cuando somos nosotros los que no sabemos cómo explicarles una cosa. Para salir del aprieto es mejor decir a nuestro hijo que desconocemos la respuesta, pero que podemos buscarla juntos, y si efectivamente la sabemos, pero se trata de un tema difícil, debemos proporcionarle una respuesta adecuada a su edad, que satisfaga su afán de conocimiento.
- 'Eres malo, ya no te quiero'. Si utilizamos esta frase cada vez que nuestro hijo hace una travesura, se angustiará mucho y su malestar le llevará a portarse aún peor. Los niños necesitan saber que el amor de sus progenitores es incondicional y no cambia en función de su comportamiento. Si sustituimos esta frase por 'no me gusta esto que haces', atacamos su actitud, no a él como persona, y en lugar de mermar su autoestima le animamos a superarse y a ser más obediente.
- 'Yo a tu edad ya me vestía y comía solo'. Con esta expresión subrayamos la incapacidad del niño para realizar una tarea, lo que aumenta su frustración y puede bloquearle en sus aprendizajes. Además, eliminamos la figura de referencia que somos para él y nos transformamos en su rival. Claro que podemos hablarle de nuestra infancia, pero describiéndonos como niños que tuvieron que enfrentarse a las mismas dificultades que tiene él ahora. De esa forma el peque entenderá que aunque ahora hay muchas cosas que le resultan complicadas, con el tiempo logrará hacerlas solo. Y así vivirá esperanzado e ilusionado.
Un poco de 'tacto'
Además de no decir estas frases a tu hijo, cuando te dirijas a él evita también emplear un tono fuerte (puede herirle más que las palabras), echarle la culpa de todo ('tardas tanto que no tengo tiempo de nada') y corregirle delante de los demás (se sentiría humillado). Háblale con mucho cariño y atiéndele con interés. Así estableceréis una comunicación sana que os facilitará mucho la convivencia.
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