Se puede nacer elegante, pero tambien se puede aprender a serlo. Todo depende de una decisión interna.
La verdadera elegancia surge del interior; y es la que expresa la forma de percibir y valorarse. Así como uno se siente, se proyecta.
Hoy en dia no se puede negar que nuestra presentación personal nos puede abrir o cerrar puertas. Pero eso no es todo. Hay personas que impresionan por su arreglo pero que a la hora de conversar con ellas o poner a prueba sus habilidades en el trabajo, dejan mucho que desear.
De nada sirve estar con una vestimenta a la última moda, si a la hora de relacionarse con los demás, espanta por sus actitudes personales. Los buenos modales, lo exquisito del alma hace que una persona sea elegante o no lo sea. La forma de saludar, la manera de caminar, de sentarse, hablar etc. Sobre todo si eres profesional en búsqueda de un primer empleo.
Además del talento profesional, el talento en relaciones humanas cuenta. Pues las relaciones humanas son la esencia de la consideración y el respeto que los demás merecen.
Vivimos en una época en que si no eres parte de la masa, entonces "eres diferente" y la sociedad rechaza a todo aquel que se atreve a ser diferente.
Por eso es muy importante, que a la hora de ir a la búsqueda de tu propio estilo personal, analices muy bien que tu imagen debe ser auténtica, que los modales son importantes y que no se puede ser elegante si no estan de por medio los valores personales.
Fuente: Sheila Morataya
1 comentario:
Enhorabuena por esta entrada, por todo su blog. Me gusta lo que leo y estoy muy de acuerdo en casi todo. En cuanto a esta entrada, siempre he creido que se nace, no se hace, pero estoy con Vd., tiene que ser un conjunto de un todo para ser nosotros mismos y gustarnos y gustar, atraer. Un saludo
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